Concluyó el BAAR, la primera y exitosa edición del festival de cine argentino en Barcelona.

Por Javier Debarnot

 

Del 16 al 20 de octubre del presente año, tuvo lugar con singular éxito la primera edición del BAAR, el primer festival de cine argentino en Barcelona, una iniciativa de Florencia Maio -fundadora y organizadora del evento- y Fabricio D´Alessandro -director y programador-. Más de 600 espectadores se acercaron durante los cuatro días del ciclo a los cines Girona, emblemáticas salas ubicadas en el barrio de Gracia de la ciudad condal.

Más allá de que el número de asistentes haya superado las expectativas de la organización, hubo más razones para que el BAAR haya bajado el telón con un inequívoco buen sabor de boca, en el que fue su debut en la ciudad de Barcelona como estandarte del cine argentino. Fue suficiente para corroborar el éxito quedarse esperando en la puerta al momento de concluir cada sesión, y ver el semblante del público al marcharse de la sala. Pudieron observarse en muchos casos espectadores con los ojos vidriosos y una sonrisa dibujada en la cara, como indisimulable testigo de haber pasado un rato en donde las emociones estuvieron a flor de piel.

Otro hecho que pudo marcar la resonancia altamente positiva que tuvo el BaAR, fueron los no pocos pedidos de directores y directoras del cine Argentino a la organización, consultando si sus películas podían formar parte de esta primera edición. Quizás allí mismo, en la rigurosa selección de las obras a proyectar, empezaron a erigirse con solidez los cimientos que soportaron el peso del festival. Y es que, según las propias palabras de los creadores de BaAR, se buscó desde un primer momento ofrecerle a los espectadores una experiencia que pudiera hacerles conectar sus emociones, sus recuerdos y la identidad patria al vivir en el extranjero -en este caso, Barcelona-, mezclando historias en las que se entrecruzan conceptos como la migración, la adaptación y la nostalgia, sobre todo esta última, un atributo tan propio de los argentinos.

Todo comenzó el miércoles 16 por la mañana en Casa Amèrica Catalunya dónde el director le dio la bienvenida al BAAR junto con el apoyo y la colaboración del Consulado de promoción argentino en Barcelona dónde se llevo a cabo la presentación oficial del BAAR. 

Los seis largometrajes proyectados en el BaAR tuvieron un hilo invisible pero que los ataba fuertemente a todos, para unirlos con una coherencia inequívoca. Las películas reflejaban el desafío de adaptarse a una nueva vida, la obligación de enfrentarse a nuevos problemas, o incluso el hecho de hacerle frente a la añoranza por lo que se deja o se deberá dejar atrás. Como denominador común, las obras representaban un auténtico viaje emocional que siempre está presente en la mente y en el corazón de la persona que toma la decisión de emigrar.

El pistoletazo inicial del BAAR lo dio la proyección de “Adiós Buenos Aires” de Germán Kral, la historia de un integrante de un quinteto de tango que se plantea dejar atrás su vida en una Argentina a punto de explotar durante la crisis de 2001.

El segundo día se pudieron disfrutar las películas “Elijo creer” de Gonzalo Arias y Martín Méndez, mezclando la pasión y el amor por Argentina que se conjugaron durante la obtención del título mundial en Qatar, y “El santo” de Agustín Carbonere, un film donde resalta la importancia de la fe y la esperanza como motor para seguir adelante.

En tercer lugar llegó el turno para el largometraje “Maravillas argentinas” de Gabo Franco, una grandilocuente mirada posada en los magníficos paisajes argentinos que nos embarca en ese típico viaje de “extrañar lo nuestro”. Ese mismo sábado, a continuación se pudo ver el film “Arturo a los 30” de Martín Shanly, un reflejo de la adaptación y el reencuentro consigo mismo del protagonista en un nuevo escenario de su vida.

Y así se llegó a la película que concluyó el BAAR, “Alemania” de María Zanetti, retratando el conflictivo mundo de una adolescente que la coloca al borde de quedar inmersa dentro de un complicado panorama familiar, o de buscar un soplo de aire fresco cruzando el océano.

Pero no fueron solo seis largometrajes los que alimentaron al BAAR durante sus cuatro intensos días, porque también se exhibieron los cortos “Breve historia de la humanidad”, “La felicidad chiquitita” y “Días de lluvia”.

Además, tuvieron lugar momentos culturales que hicieron latir más fuerte los corazones de quienes nacieron en Argentina pero hoy transitan su día a día a miles de kilómetros de su tierra. El primer día destacó por la presencia del bandoneonista Marcelo Mercadante y el guitarrista Maximiliano Luna representando a “Tango Vivo Barcelona”, consiguiendo que la recepción y el interior de la sala de los cines Girona evocaran a cualquier milonga de los barrios de Barracas o San Telmo. Y en otra fecha, sobresalió la actuación de Fernando Sosa como cara visible de la CAFAE (Cultural Asociación de Folklore Argentino en Europa), logrando que sus mágicos acordes sirvieran de puente para que los asistentes al BAAR se trasladaran con el alma a cualquier peña o festival folclórico del interior de Argentina.

Para culminar, es importante destacar que el BAAR pudo hacerse realidad gracias a un grupo de patrocinadores oficiales que confiaron en esta primera edición del evento, por lo cual debe atribuírseles un doble mérito -que es el que se merecen los que “apuestan a ciegas”-. Formaron parte del festival de cine argentino en Barcelona 2024 Bigotes (una productora de música y sonido integral), Manjares (una tienda de “sabores del mundo”), Brevio (una plataforma de streaming de cortometrajes), Señora X (una productora audiovisual de Barcelona), La Frontera (un restaurante informal de platos de carne típicos de Argentina), y el ya mencionado Tango Vivo Barcelona (que ofrece conciertos de tango con artistas de alto nivel).

Pasó el primer BAAR y se caracterizó por la calidad y la magia proyectadas a través de la pantalla gracias al talento de los artistas seleccionados, y esto se materializó en el público en forma de las emociones más profundas. Y cuando todavía resuenan los aplausos y acaso la piel sigue erizada, lejos de dormirse en los laureles, los organizadores ya están pensando en la segunda edición. Porque hay algo que nadie podrá negar: el Festival de Cine Argentino en Barcelona ha llegado para quedarse… ¡y que nunca se baje el telón!